Proyecto de rehabilitación con una intervención rotunda, pero serena, respetuosa y elegante con el único objetivo de recuperar la nobleza original del viejo edificio principal y su entorno de árboles centenarios. Parte de la fachada del edificio se recubre con una celosía de madera, donde se utilizaron perfiles de roble de una lama, empalmados en largo (finger-joint). No se le aplicó ningún tipo de acabado, dejando la madera con su color natural, para que evolucionase a un color gris por el paso del tiempo y los efectos del clima. Para ello, y para que la madera tuviera un buen desarrollo en el tiempo y no se deteriorara, todas las piezas utilizadas fueron de duramen, sin albura.
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